No corras el riesgo de sufrir
un brote de legionelosis

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La aparición de cualquier brote de Legionelosis en un negocio puede suponer no solo un auténtico riesgo para la salud, sino también la pérdida de confianza o reputación y de una crisis económica. Controlarla y prevenirla es nuestro trabajo.

¿Qué es la legionella?

La Legionelosis, es una enfermedad provocada por la bacteria Leionalla. Actualmente se conocen 30 especies y a pesar de que los síntomas que producen la mayoría de ellas son prácticamente iguales, se sabe que el 90% de los casos de esta enfermedad están causados por la especie Legionella Pneumophila. La principal vía para contraer esta infección es al inhalar gotas microscópicas de agua que contienen la bacteria (pueden provenir de restos de ducha o del sistema de ventilación de un edificio).

Este microorganismo puede encontrarse en cualquier tipo de instalación artifical en que intervenga el agua, como los depósitos, las conducciones de agua corriente, torres de refrigeración, humidificadores, duchas y grifos.

En todo estos ámbitos, la temperatura, la protección física y la existencia de otros nutrientes favorecen su crecimiento. La temperatura óptima para su rápido desarrollo oscila entre los 30 y 42ºC, pero a temperatura ambiente puede sobrevivir unos cuantos meses en agua destilada hasta dos años en agua corriente.

¿Por qué es peligrosa?

Problemas de salud

Se trata de una enfermedad infecciosa con una manifestación leve, aunque en algunos casos puede causar una neumonía grave y hasta la muerte.

Infracciones y sanciones

Según la gravedad de la falta, las multas pueden llegar a ser muy elevadas y desencadenar la quiebra de cualquier comercio.

Daños irreparables

Puede ocasionar crisis económicas por la pérdida de confianza por parte de usuarios o clientes, además de daños irreversibles para la reputación de un negocio.

El incumplimiento con la normativa actual en materia de prevención de legionelosis (REAL DECRETO 865/2003, de 4 de julio, por el que se establecen los criterios higiénico-sanitarios para la prevención y control de la legionelosis) implica el incurrimiento de faltas leves, graves y muy graves de carácter administrativo (artículo 14). Basándonos en las principales Guías de referencia con la UNE 100030:2017, desde EZSA elaboramos planes de control específicos en las instalaciones de riesgo contempladas en la citada normativa: aquellas que utilizan agua en su funcionamiento y emiten aerosoles.

Descarga la normativa actual aquí.

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Contáctanos y nuestra delegación más cercana evaluará la situación, haremos una inspección si es necesario y nuestros técnicos homologados aplicarán el tratamiento adecuado.

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    Más información sobre la legionella

    La legionella es producida por la bacteria pneumophila que vive en la tierra y en el agua, y no suele provocar infecciones. Sin embargo, en interiores puede multiplicarse en cualquier sistema de agua.

    Los pacientes que pueden presentar mayores complicaciones son aquellos que:

    • tienen más de 50 años
    • tienen una enfermedad crónica
    • tienen debilitado el sistema inmune
    • sufren de tabaquismo y/o alcoholismo

    Existen 2 tipos de legionelosis: la fiebre de Pontiac es la más leve y tiene síntomas similares a la gripe común, mientras que la enfermedad del legionario de forma neumónica es la más grave.

    Los síntomas de la fiebre de Pontiac pueden ser desde fiebre y escalofríos, hasta cefalea, malestar general y dolor muscular. La forma neumónica presenta señales similares a las que habría que agregar confusión, problemas respiratorios y estomacales, y diarrea con signos de sangre.

    Lo importante es iniciar el tratamiento con antibióticos lo antes posible, siempre con el asesoramiento de un profesional.